¿Microsoft compra Nokia? Mejor reinventarse

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Primera semana de septiembre. La vuelta al cole para los adultos. Uno de los dos momentos del año en que más propósitos nos hacemos, más objetivos fijamos y más listas con todos ellos rellenamos.  Fíjense si no en la ingente cantidad de fascículos y coleccionables que con los que no ametrallan estos días las editoriales.
Si queremos aprender ganchillo o completar la colección de cascos de MotoGP, sin duda ahora es el momento. El otro gran momento es, como no, el inicio del nuevo año. Llegado el momento, hablaremos de sus particularidades.

Pero hoy quiero hablar de la reinvención y, sin duda, el momento de tomar la decisión es en muchas veces esta primera semana.  Y hablaré en primera persona, pues en una visita comercial esta mañana, he tenido que responder por enésima vez a la misma pregunta: “¿Qué hace un ingeniero hablando de actitudes, rendimiento, innovación y equipos?”. La respuesta lleva unos minutos y siempre convence, pero inevitablemente, he tenido que hablar de mi reinvención. Y siento dos cosas al hacerlo. La primera, desde siempre, el sentimiento de que nunca he dejado de ser yo, y que mi crecimiento profesional me ha llevado a seguir haciendo lo que hacía bien y a dejar de hacer lo contrario.

Por tanto prefiero evolución, palabra que me apasiona y que ha sido tomada en el sentido más antropológico por Banc Sabadell en su última campaña, una de las mejores que jamás he visto. Evolución es cambio, movimiento, acción, como dijimos en nuestro primer post. La segunda es más reciente, y es una cierta pereza por la palabra, que entre todos hemos gastado. Hoy en día parece que si no te reinventas, no eres nadie. ¿Se ha vuelto acaso obligatorio? ¿Debemos reinventarnos todos? Recientemente fui tomado como abanderado de la reinvención en un programa de televisión, y tuve que explicar que en absoluto es así, no sin cierta tensión …

Lo curioso es la casualidad en las fechas. Un 4 de Septiembre como hoy, pero de 1995, iniciaba mi trayectoria profesional en Deutsche Bank. Esa, decía, sería la invención. Y fue también en la primera semana de Septiembre del 2010, cuando comuniqué a mi jefe que lo dejaba, que iniciaba mi camino. Aquí la reinvención.

Y en esta nueva etapa, ya en el tercer año, sigo haciendo apología de la reinvención, como ya lo hacían los Secondhand Smoke Machines en su disco Reinvent Yourself, allí por el 1970 (otra casualidad, en año en que nací). O como lo hizo ya Mark Towers, dándonos 28 consejos en el 1995. Finalmente fue el gran Mario Alonso Puig quien hizo entrar en nuestro vocabulario la reinvención, con su gran libro “Reinventarse”.

camaleonMi apología parte, como todo mi discurso, de las metodologías aprendidas, y es por ello que a mi, la palabra que realmente me gusta es reorientación. Y la tomo prestada de otro grande como es Michael Porter, uno de los padres del management moderno. Según él, la estrategia adecuada es la de reorientación cuando en su matriz de estrategia nos encontramos en la celda donde se cruzan puntos débiles y oportunidades, identificadas a partir de un DAFO, uno de las herramientas de consultoría más utilizadas. Veremos con todo detalle la gran utilidad de esta herramienta en nuestro próximo post, y su encaje en nuestro papel de emprendedores.

Si eres un emprendedor, si no eres una gran corporación, tengo una buena noticia. No sólo tienes capacidad de innovar como vimos en el post anterior. Tu pequeño tamaño te hace ágil. Tu mochila es fácil de vaciar. Tu capacidad de regate, rompedora. No pueden decir lo mimo algunos monstruos como Microsoft, en prensa estos días por la supuesta jubilación de Steve Ballmer y por la compra del negocio de móviles de Nokia.

Su gigantesca dimensión no le ha permitido evolucionar, reinventarse, y en pleno siglo XXI sigue vendiendo CDs y ha perdido una década, seguramente una de las importantes en la historia de la informática.

Eso sí, su futuro exCEO fue capaz de reinventarse: paso de ser el empleado número 30 de la compañía allí en 1980, con responsabilidades financieras, a protagonizar más adelante hilarantes spots, o motivar a sus colaboradores de un modo totalmente personal.

Escrito por: Lluís Soldevila